MENORCA

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Menorca te enamorará tanto en su costa como en su interior, es una isla que transmite calma y donde el tiempo se ralentiza. Cuenta con 216km. de costa muy variada, un litoral más abrupto y de playas rojizas en el Norte y un relieve más suave y calas de aguas cristalinas y arenas doradas en el Sur.

Navegar alrededor de Menorca es sin duda una de las opciones más bonitas y especiales de visitar la isla, un enclave perfecto para disfrutarlo en compañía de familia y amigos que destaca por su diversidad, desde amplios arenales a calas rodeadas de pinos y difícil acceso por tierra o ciudades monumentales como Mahón y Ciutadella.

Declarada como Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1993, la isla posee una gran riqueza ecológica y paisajística. Se puede rodear también por tierra en bici, caminando o en caballo por el conocido Camí de Cavalls.

Menorca es una isla pequeña, hay unos 40km. entre Mahón y Ciutadella así que es posible dar la vuelta entera a la isla en pocos días y explorar toda su costa desde el mar. Llevo quince años navegando por las aguas de Menorca, los últimos cuatro años como Patrón Profesional, así que conozco bien todos sus rincones, las calas más resguardadas, las más escondidas, tesoros que el turista desconoce o no puede visitar desde tierra. Adaptaremos la navegación a la meteorología con el objetivo de pasar las mejores vacaciones posibles de la manera más segura disfrutando de la belleza de Menorca, una isla que supera las expectativas de los que la visitan y donde vivir la experiencia de dormir bajo las estrellas fondeados en cualquiera de sus calas es inigualable.

Navegar en velero desde Mahón a Ciutadella por el Norte:

  • Mahón: es la capital de Menorca y tiene el segundo puerto natural más grande de Europa, con sus casi 6km. de longitud es un espectáculo navegar por él y divisar el casco viejo en lo alto del acantilado. El casco histórico de Mahón ofrece muchos rincones y edificios singulares por descubrir, la mayoría de ellos de herencia inglesa fruto de su dominación en el S.XVIII. Imprescindible un paseo a lo largo del puerto y comer o cenar en alguna de sus terrazas.

     
  • Albufera d’Es Grau e Illa d’en Colom: La Albufera d’es Grau es el único Parque Natural de la Isla, cita ineludible para los amantes de las aves. Es Grau es un antiguo pueblo de pescadores ahora convertido en zona de veraneo y protegido por la Illa d’en Colom, el islote más grande de Menorca que tiene dos playas solo accesibles con padel surf o kayak. Es un bonito lugar de fondeo con boyas para preservar la poseidonia donde pasar una noche tranquila porque está muy protegida de todos los vientos excepto del Norte. Desde Illa Colom en apenas unas millas podemos visitar la Cala Presili o la Cala Tortuga antes de llegar, en mi opinión, al faro más bonito de la isla, Favaritx.
  • Arenal d’en Castell y Arenal de l’Olla de Son Saura: ambas son dos impresionantes conchas de fina y blanca arena de aguas cristalinas. Están urbanizadas, sobre todo Arenal d’en Castell y permite bajar a tierra a comer o comprar. Son muy cerradas y resguardadas del mar, por la noche es habitual dormir como si nos encontrásemos en una balsa de aceite. Desde Son Saura se puede ir caminando hasta Cala Pudent y es habitual cruzarse con cabras menorquinas.
  • Fornells: idílico pueblo de tradición pesquera de paredes blancas y calles estrechas en el que destaca la gran bahía que sirve de resguardo de los temporales de Norte. Impresionante verlo de noche desde la bañera del barco, tanto su largo paseo marítimo como los numerosos mástiles con la luz de tope encendida. Hay numerosas boyas para proteger la poseidonia y un lugar especial para practicar deportes acuáticos como windsurf, kitesurf, kayak… Famoso por sus espectaculares calderetas de langosta.
  • Playa de Cavalleria: la playa más grande de la Costa Norte con casi 500 m. de largo, de arena rojiza y rodeada de naturaleza agreste. En las noches de verano es el mejor lugar para ver fundirse el sol en el horizonte al atardecer.
  • Cala Pregonda: posiblemente una de las calas más bonitas de la isla. Resguardada entre dos macizos y con un islote que la protege tiene una playa de arena rojiza que en el amanecer resplandece. Su gran cantidad de arrecifes la convierte en un lugar precioso para hacer snorkel. Muy concurrida en verano pero aún así imprescindible.
  • Cala Pilar: uno de los lugares escondidos de la isla más bellos. Solitaria porque su acceso por tierra requiere de una larga caminata. Expuesta al mar y con algunos escollos solo es aconsejable fondear en días de mar en calma.
  • Cala Algaiarens: otra visita ineludible en el Norte, esta amplia cala es perfecta para fondear, disfrutar del espléndido atardecer y pasar la noche. Se compone de dos playas, Platja d’es Tancats i Platja d’es Bot, en esta última muere un riachuelo y en ocasiones se pueden ver tortugas que habitan en la charca tras ella.
  • S’Amarador: es una cala de roca escarpada sin arena que se suele visitar por mar desde Ciutadella por su cercanía. Lugar tranquilo a resguardo del turismo de tierra y uno de los lugares con el color azul turquesa del agua más bonito de toda la isla


Navegar en velero desde Ciutadella a Mahón por el Sur:

  • Ciutadella: con su casco histórico peatonal repleto de señoriales palacios, callejuelas adoquinadas y numerosos edificios de piedra, Ciutadella es de esos lugares que enamoran y no se olvidan. Perderse por sus calles y sentarse en una terraza del casco histórico y en su espectacular puerto al atardecer es una de las visitas obligadas de la isla. Conocida por sus famosas Fiestas de San Juan donde caballos y personas se mezclan en la calle en el llamado Jaleo.
  • Son Saura: preciosa playa de arena blanca desde donde divisar magníficos atardeceres que por su vegetación y color de agua recuerda a playas del Caribe. Un bonito camino sale de su extremo oriental que lleva a la pequeña pero encantadora Cala Es Talaier y se puede llegar hasta Turqueta.
    Cala’n Turqueta: posiblemente la más conocida y visitada de Menorca. Sus aguas cristalinas azul turquesa, su arena blanca y su bosque de pinos le dan un color y una belleza sin igual.
  • Cala Macarella y Macarelleta: otras calas de postal, tan o más bonitas que Turqueta. Macarelleta es una pequeña e idílica cala contigua a Macarella que aparece a babor cuando te adentras en la cala. Numerosos peces, aguas cristalinas, posidonia, todos los ingredientes para recordar esta cala. Entre Macarella y Macarelleta hay un camino con un mirador desde la que divisar toda la belleza de ambas calas. Visita obligada es el chiringuito Susy, negocio familiar abierto en 1971 que mantiene su esencia y su trato cordial. 
  • Cala Mitjana: pintoresca cala poblada de pinos donde el color de sus aguas es especialmente azul. Cala Mitjaneta en su lado oeste es otro lugar especial para descubrir. Es habitual ver gente saltando desde sus altos acantilados que la rodean.
  • Cala Trebaluger: es una cala virgen de largo y difícil acceso por tierra y por ello menos frecuentada. En su lado oeste cuenta con un pequeño rio de agua dulce que proviene de un torrente, muy aconsejable navegar por él con el auxiliar o el padel surf en las primeras horas de la mañana observando todo tipo de fauna y aves.
  • Cala’n Fustam i Cala Escorxada: uno de esos tesoros escondidos, son calas menos frecuentadas por su difícil acceso pero que guardan la belleza de las calas vírgenes. Especialmente la estrecha y pequeña Fustam es un rincón de ensueño.
  • Binigaus: los bañistas suelen decir que es la playa más bonita de Menorca. Una parte de ella es nudista. Es el mejor fondeadero para resguardarse de la tramontana y tiene lindas cuevas que visitar, una de ellas con playa interior incluida. Al este se extienden las bonitas playas de Santo Tomás y Son Bou.
  • Cala’n Porter: su espectacularidad radica en los acantilados que la envuelven y que te hacen empequeñecer. Muy visitada por su proximidad a la Cova d’en Xoroi, una cueva habitada antiguamente en un impresionante acantilado ahora convertida en sala de fiestas y lugar de referencia para disfrutar de los atardeceres.
  • Cales Coves: otra cala que deja huella, es estrecha con altos acantilados a ambos lados donde es habitual el fondeo a barbas de gato. Quedan vestigios de las numerosas cuevas que fueron habitadas por los hippies en los 70.